jueves, 19 de junio de 2014

Una llave de flores y vino




Queridos alumnos-amigos de la clase de 2° de Philippeville:

Habéis cerrado la puerta del año con una llave de flores y seis pociones mágicas  para saborear en compañía pensando en vosotros y en mi tierra.
El vino no se bebe, se comparte para comunicar: nos da el tono exacto en la voz, deja manar – como una fuente fiel e inalterable – las cantarinas palabras que aprendemos, cada semana, en clase.
Gracias por todo lo vivido, por el color que sois cada uno, por entender que lo que aprendemos nos transforma, por experimentar que es mucho mejor cuando avanzamos juntos, por haberme seguido en mis andanzas por las tierras infinitas de lo hispano, a lo largo del tiempo y por sus múltiples espacios.
Espero que mis raíces os hayan dado alas veloces y audaces para descubrir otros mundos y, en el camino, reinventaros a vosotros mismos.

¡Feliz verano!

Y una canción…






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